Establecido un plan de seguridad durante las Fiestas del Cristo

CEREMONIA En la reunión celebrada ayer por la Junta Local 

■ En la mañana de hoy se celebrará la ceremonia del Descendimiento de la imagen del Santísimo 

LA LAGUNA (REDACCION). La celebración de las Fiestas del Cristo dispondrá de un completo plan de seguridad, tras la reunión mantenida ayer en el Ayuntamiento por los integrantes de la Junta Local de Seguridad.

A la reunión asistieron el alcalde lagunero, Elfidio Alonso; el gobernador civil de la provincia, Angel Delgado; los tenientes de alcalde José Díaz y Leopoldo Fernández, y representantes de la Guardia Civil, el Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Local.

El citado plan incluye los diferentes dispositivos que se establecerán en la Plaza del Cristo durante la celebración de las fiestas para prevenir accidentes durante la quema de fuegos artificiales, la seguridad de los ciudadanos, la dotación de puestos de socorro y ambulancias, etc. También comprende la actuación en otras actividades del programa festero, como el concierto que ofrecerá el día 18 el cantante Juan Luis Guerra. 

Actos religiosos 

De otro lado, hoy tendrá lugar la celebración de la tradicional ceremonia del Descendimiento de la imagen del Santísimo Cristo de La Laguna, un acto que marca el inicio de los actos religiosos incluidos en el programa de las Fiestas del Cristo.

La jornada comenzará a las once de la mañana con la concelebración eucarística, que estará presidida por el obispo de la Diócesis, monseñor Felipe Fernández, en el transcurso de la cual serán bendecidas e Impuestas las medallas-inSignia de la Esclavitud del Cristo los nuevos esclavos. 

Finalizada la función religiosa, cuatro sacerdotes llevarán a cabo el descendimiento de la imagen, colocándola en la mesa-altar para que los fieles realicen el tradicional besapié. Durante el acto, al que asistirán el alcalde y los miembros de la corporación municipal, actuará la Coral Polifónica de Callosa de Segura.

Por la tarde, a las seis y media, se llevará a cabo la tradicional procesión del traslado de la imagen del Santísimo hasta la Iglesia Catedral, donde permanecerá hasta el próximo día 14.

Indulgencia Plenaria 

Justamente cuando concluía la función religiosa del Descendimiento de la Cruz, el superior del convento franciscano, José Arenas, recibía el correo y con él el decreto, con el sello de la Curia General de Intérpretes y firmado por el secretario de la Santa Sede, por el que se le comunicaba que «atendiendo a la enorme religiosidad que genera el Cristo de La Laguna y a su poder de convocatoria», se concede indulgencia plenaria a los fieles según unas condiciones. Así, aquellos que el día 14 de septiembre o cualquier otro día del año que uno elija (uno por año) y para todos los grupos que visiten el santuario del Cristo y participen en una función litúrgica, preferentemente la Eucaristía, y rezaran por la Santa Sede obtendrán indulgencia plenaria, o lo que es lo mismo, según explicó José Arenas, «la liberación de todas las situaciones negativas o lo que se ha llamado pecado.

La religiosidad y belleza del Cristo de La Laguna, plasmada sobre terciopelo

ARTE Encargo de la Esclavitud del Cristo a una empresa tinerfeña 

■ La técnica la ha desarrollado una entidad inglesa, ganadora del premio «Impresion Star» 

LA LAGUNA (REDACCION). Son muchas las reporducciones que de la Venerada Imagen del Santísimo Cristo de La Laguna se han hecho desde su advenimiento a la isla de Tenerife en el siglo XVI, pues han sido múltiples los artistas que, de muy diversas formas, han plasmado esta Santa Imagen. Sin embargo, en esta ocasión. cuantos reverencian esta Imagen han querido plasmarla a través de una nueva técnica que, asistida de los últimos avances tecnológicos, ha logrado captar la esencia de la religiosidad y de la belleza artística del Cristo lagunero. Se trata de un procedimiento desarrollado por una entidad inglesa que ha alcanzado reconocimiento internacional, como lo demuestra el premio «Impresion Star». galardón otorgado en Nueva York a aquella empresa que logre la mayor perfección en las reproducciones sobre tela. De otro lado, la Pontificia, Real y Venerable Esclavitud se puso en contacto con una empresa tinerfeña, agentes exclusivos para España de la entidad antes mencionada, para llevar a cabo la reproducción sobre terciopelo de la imagen del Santísimo Cristo. De esta forma, los impulsores de la idea quieren satisfacer la necesidad de los fieles de «alojar» al Cristo lagunero en sus hogares y, al mismo tiempo. con una calidad y belleza hasta ahora no conseguidas en las reproducciones litográficas. 

Durante el transcurso de las presentes fiestas de septiembre, estará expuesto un ejemplar encuadernado en la librería «El Aguila», con el fin de que sea apreciado o adquirido por el público. Los fondos que se recauden serán destinados a la mejora y acondicionamiento del Real Santuario. 

Emocionado Descendimiento del Cristo de La Laguna

Con más fieles y esclavos que nunca

Las Fiestas del Cristo de La Laguna comenzaron ayer con un marcado acento devoto. El Santuario rebosaba de feligreses que querían estar presentes en la imposición de las medallas a los 37 nuevos esclavos y en la ceremonia del Descendimiento de la Cruz que tendría lugar tras una solemne función religiosa que concelebró el obispo de la Diócesis, Felipe Fernández, y en la que dijo que las fiestas «han de servir para recordar a Cristo».

Desde varias horas antes ya se daban cita en el templo muchas personas. El esclavo mayor, Juan Oliva, señaló a este periódico que, en esta edición, «había más fieles y escla-vos que nunca».

El superior del Convento Franciscano, José Arenas, ha informado de un decreto, con el sello de la Curia General de la Santa Sede, por el que se otorgan indulgencias plenarias a los fieles que asistan a la Eucaristía los 14 de septiembre, festividad del Cristo de Laguna.

Por la tarde se procedió al traslado de la imagen a la Santa Iglesia Catedral y comenzó el quinario, que este año predica el obispo de Málaga, António Dorado Soto. 

No por celebrarse un año más, el Descendimiento de la imagen del Cristo de la cruz llevado a cabo en la mañana de ayer dejó de emocionar a los cientos de laguneros que abarrotaban el templo de la Esclavitud y que fueron testigos además de la toma de medallas de los nuevos esclavos, en esta ocasión en un importante número de personas y con la expectación añadida por la presencia del tenor gran-canario Alfredo Kraus entre ellos.

Uno de los momentos más emocionantes de la Solemene Eucaristía concelebrada por el  obispo de la Diócesis, Felipe Fernández, se produjo cuando fueron llamados los treinta y siete nuevos esclavos para ser declarados miembros de la Esclavitud del Cristo con la fórmula del nombre respectivo y la frase «Recibe esta medalla que te incorpora a la Esclavitud y al mejor servicio a la Iglesia»; pero el punto álgido de la ceremonia y en la que los fieles mostraron más aún su excitación fue el Descendimiento del Cristo lagunero de la cruz, que llevaron a cabo tres sacerdotes franciscanos, después de apagar las luces del templo, y que se hizo coincidir con la quema de una traca y un alborozado y largo repique de campanas.

Seguidamente se dio paso al besapiés, que debido ala gran cantidad de gente continuaba una hora después. También, como es tradición, las botellas de plástico y los botes de cristal se exhibían en señal de querer recibir el agua con el que se había procedido al lavado del cuerpo del Santísimo y que la fe ayuda a pensar que es curativa.

De otro lado, especial protagonismo tuvieron las palabras pronunciadas por el obispo, Felipe Fernández, quien insistió en la idea de que las presentes fiestas han de servir para «recordar a Cristo» y «para seguir su camino», dirigiéndose de manera especial a los miembros de la Esclavitud y a los que poco después formarían parte de ella. Asimismo es de destacar la excepcional actuación de la Coral Polifónica de Callosa del Segura, cuya perfecta interpretación de los temas sacros hicieron más emocionante, si cabe, la celebración. 

Alegría y nervios 

Concluida la ceremonia, los esclavos «antiguos» y los nuevos se daban la enhorabuena y la alegría era la nota dominante en el patio exterior de la iglesia, aunque también los nervios en el esclavo mayor, Juan Oliva Tristán, quien aludió a la tensión de los preparativos en los últimos meses y la responsabilidad ante los que aún quedaban por celebrar, como la Procesión del Cristo hasta la Catedral y el Solemne Quinario que pronunciaría por la tarde el obispo de Málaga, Antonio Dorado Soto.

De otro lado, Juan Oliva Tristán subrayó el hecho de que «últimamente se están haciendo esclavos gente joven, lo cual para nosotros es muy alentador».

Otro protagonista de la jornada, Alfredo Kraus, aseguró haber vivido la ceremonia «muy emocionado» y dijo estar muy contento de haber aceptado la invitación de la Esclavitud para formar parte de ella, lo cual reconoció como un honor y un homenaje a su persona, aunque añadió que no era «cuestión sólo de aceptar ser esclavo, sino de querer serlo y continuar siéndolo».

Sobre las críticas a su ingreso en la Esclavitud por su conocida dialéctica en contra de la isla de Tenerife, el tenor grancanario afirmó que le gustaría que la gente aceptase cada faceta, «nada que ver la política con la profesional ni con el cariño que se le tiene a un público que siempre me ha aplaudido y colmado de honores, como el de hoy».

El tenor, que no adquiere por su condición ningún compromiso, que no sea el de ser un mero esclavo, se ofreció, sin embargo, a participar en lo que fuera necesario «encantado» y en cuanto a cantar un día en honor al Santísimo contestó con un «ya veremos». Posteriormente, firmó en el libro de honor de la Esclavitud del Cristo, después de examinar las rúbricas de otras personalidades, entre ellas la del Príncipe Felipe, detrás de la cual le tocó firmar. 

«El Cristo nos pide que tengamos presente que es un camino de vida» 

Felipe Fernández García, obispo de la Diócesis de Tenerife 

El obispo de la Diócesis de Tenerife, Felipe Fernández, cuando llega septiembre, le parece que el Cristo dice: «Yo soy el camino», lo cual nos pide que tengamos presente. Para el prelado nivariense, el Cristo lagunero no es un camino más o un camino cualquiera. «No erréis. El hombre puede ir, sí por diversos caminos, pero, camino verdadero, camino pleno, que dé cumplida respuesta a todos los interrogantes del hombre, no hay, no puede haber más que uno. Yo soy ese camino. Lo fue ayer para esta ciudad que casi ví nacer desde esta imagen en que os acompaño siglos ha, y los soy para cada uno de vosotros: laguneros, tinerfeños, diocesanos, canarios. Sí. A uno parece oírle decir a Cristo algo así a cada uno de noso-tros. Y no debiéramos olvidarlo. Porque entre tantos caminos que conducen a la muerte, nos recordaba el Papa en Sevilla, uno sólo lleva a la vida. Se puede ir hoy por diversos caminos, sí. Pero no es lo mismo ir por unos que por otros. Hay caminos que llevan a la deshumanización, la degradación, la perdición. Ya en este mundo. Pensemos, por poner un ejemplo, en el camino de la droga. Y hay un camino que lleva a la madurez, la plenitud, la vida: Cristo. Ayer. Hoy. Por siempre». 

 

 

 

«En septiembre, La Laguna se abre hospitalaria y alegre» 

Elfidio Alonso Quintero, alcalde de la ciudad de San Cris-tóbal de La Laguna 

El alcalde de La Laguna, Elfidio Alonso, considera que, al llegar septiembre, la ciudad «se transforma, viste sus mejores galas, se abre hospitalaria y alegre a los visitantes y residentes. Es el momento del repique jubiloso de las campanas de nuestros templos, de las solemnes procesiones, del acto apoteósico de la entrada, que cantaran los poetas de antaño y siguen exaltando los vates de hoy, al estilo de los recordados versos del Padre Cué. Fiestas para grandes y chicos, para residentes y visitantes, para los amigos y adeptos al deporte y a la música de todo tipo, desde las bandas hasta el folklore, pasando por las orquestas clásicas, el jazz o esa tan esperada intervención multitudinaria del cantante dominicano Juan Luis Guerra, en el campo Francisco Peraza. Todo esto, y mucho más, componen el programa festero del Cristo en este año de 1993, ya en las vísperas del V Centenario de la fundación de la ciudad, un acontecimiento de innegable repercusión histórica que nos disponemos a celebrar dentro de tres años como merece la ocasión. Sean todos bienvenidos a la fiesta. La Laguna, como siempre, sabrá recibir a propios y ajenos con su reconocida hidalguía y hospitalidad».  

 

 

 

«Nuestro Cristo nos traerá los aires frescos de su infinita presencia» 

Para el Esclavo Mayor, Juan Oliva Tristán Fernández, «por doquier hay retazos en el comportamiento del propio pueblo que indican bien a las claras que hay signos, que hay deseos irrefrenables de estar alegres, de saber que, un año más, experimentamos en nuestros corazones el sentimiento más noble que pueda existir, como es el de agradecer todos y cada uno de nosotros al Santísimo Cristo la mano que un día nos echó ante aquella situación quizá límite en la que nos vimos abocados, o ante aquellas circunstancias adversas que nos pudieron sobrevenir. Pasados los aires calientes de agosto, todos deseamos que llegue septiembre porque bien sabemos que nuestro Cristo nos traerá, como todos los años, los aires frescos de su infinita presencia, y ella será sin duda si de verdad queremos ser seguidores suyos. En abril y en su Cruz de Madera, sobrecogimientos, tristezas, lágrimas y coplas a su paso; en septiembre y en su Cruz de Plata, sonrisas y gozos indisimulados porque han llegado las fiestas en su honor, ha llegado el día grande, el de las promesas y el de los fuegos del Risco y la Entrada. La Laguna, en esos días, en verdad es una fiesta por su Cristo».  

 

 

 

«El Cristo moreno es una vehiculo par la fe quenos hermana». 

Para el superior de la  Comunidad Franciscana, José Arenas Sabán, «el Cristo moreno es un gran vehículo para la fe de muchos hombres y mujeres y nos hermana», pues ante la venerada imagen ha podido comprobar que «reaccionan igual el rico y el pobre, el anciano y el niño, el culto y el inculto, el famoso y el hombre de a pie».

El padre Arenas considera que, en lenguaje coloquial, el Cristo es un imán que atrae e inspira devoción. «Un Cristo que provoca un gran entusiasmo y ocupa un lugar importantísimo en la religiosidad popular de tantos hombres y mujeres a los que el Cristo les toca el corazón y los hace amar a Dios y ser más generosos y buenos con los demás».

El joven superior cordobés, de 37 años de edad, entiende que los laguneros, al llegar septiembre, deben pedir a su Cristo alegría para vivir. «Que nadie —añade— se sienta desprotegido y que sepamos amar y ser amados. Que haya progreso y trabajo para todos. Que La Laguna sea una ciudad abierta a los valores del Evangelio, solidaria y fraterna. Que muestre con entusiasmo su religiosidad su fe y esperanza, sin miedos ni falsos pudores. Que el Cristo nos bendiga y nos dé a todos la felicidad». 

Fiestas alegres 

El superior de los franciscanos del Cristo desea que estas fiestas las viva el pueblo con sana alegría y alborozo, ante el elevado número de personas que hay tristes, apagadas y sin áni-mo. «Hay demasiados nervios, crispación, alejamientos e individualismo. Olvidémonos de la frustración, de las divisiones, de los colores e ideologías y de las prisas de la vida. Este Cristo nos convoca y nos iguala».

Estos hechos llevan a José Arenas a pedir a la población que disfrute en la plaza festiva de las cosas pequeñas y fomente la tertulia, por entender que a las fiestas les hace falta familiaridad y amistad. «Cristo nos quiere sanos, liberados, alegres y llenos de vida. El es el autor de la vida y nos ha creado para tener vida y en abundancia. Estos días son una  buena ocación para ello». 

Dado que vive en el Santuario,el padre Arenas es testigo de manifestaciones del pueblo llenas de sentimiento y piedad. «El pueblo lagunero es de una gran religiosidad, de grandes inquietudes evangélicas y de un gran amor a la Iglesia y a sus ministros. Veo cariño y apoyo al señor Obispo, sacerdotes, religiosos y religiosas. Aun. que hay sectores que necesitar una formación catequética má adecuada a los tiempos y purifica algunas manifestaciones supersticiosas de fe, el pueblo lagunero sobresale por sus grandes inquietudes y su gran amor».

Para José Arenas Sabán, ser superior del Santuario del Cristo supone responsabilidad, un gran deber, fidelidad al carisma y mensaje franciscano, preocupación cuidado por el santuario, satisfación y orgullo y compromiso para sostener, fomentar y extender devoción del Santísimo Cristo atender una gran pastoral de sacramentalización». 

San Francisco, savia nueva 

El Padre Arenas quiere a San Francisco de Asís por haber sil savia nueva y oxigenación para historia de la Iglesia en el sil XIII. En la actualidad, la comunidad franciscana del Cristo esfuerza por darle a la vida matiz de fraternidad y sencillez. Su proyecto de vida es estar y vehículos de la familiaridad».

La Pontificia, Real y Venera Esclavitud es reconocida por José Arenas por todo lo que significa durante siglos, haber mantenido la devoción al Cristo, dándose hecho curioso de que el Cristo venerado incluso por los no creyentes.

Para el superior del Cristo, Esclavitud es como la identifación y orgullo de la fe del pueblo lagunero. Por eso esta Institución está por encima de los colores ideologías y gustos. Es y presume de católica, que justamente significa universal».

Al preguntarle qué es mejor venerar o amar al Cristo, el Padre Arenas destaca: «Venerar solamente sería una visión verticacalista de la fe. Amar sólo al Cristo expresándolo a los semejantes, olvidándose de lo trascendente sería una visión horizontalista. Lo más correcto es un justo equilibrio entre ambas palabras. Quedarse sólo con un aspecto, daría un diagnóstico enfermizo claro: esquizofrenia religiosa».

José Arenas invita a todos que, esta noche, cuando ardan fuegos artificiales, «quememos con ellos nuestros complejos, manías, rarezas, perjuicios, agobios y estrés. Así amaneceríamos más trasparentes, equilibrados, satisfechos y felices. Hay que quemar todo aquello que hay en el interior y que no nos deja vivir ni respirar». 

Fuegos artificiales, ofrenda pirotécnica de arte y devoción

En 1892 la plaza se iluminó con bengalas y cohetes de silbato 

HABLAR de los fuegos artificiales es hacerlo de los del Cristo, pues, desde antaño, sus tradicionales fiestas gozan de la popularidad de sus grandiosas exhibiciones pirotécnicas, que constituyen una ofrenda de arte y devoción.

En 1892 la plaza de San Francisco se iluminó con bengalas y el cielo con cohetes de silbato y de corona que constituyeron una novedad en la Isla.

Transcurría el año 1906 cuando encontramos la institución de un concurso de fuegos artificiales en las Fiestas del Cristo. En esta ocasión, a las diez y media de la noche, los más afamados pirotécnicos de Tenerife se disputaron en la Víspera la supremacía en el difícil arte de la pirotecnia, poniendo gran interés en obtener el premio de 150 pesetas al mejor árbol de fuego quemado. Al día siguiente, los participantes acudieron a un segundo concurso, que se inició a las once de la mañana.

En 1926 se sabe que se quemó un ramillete de más de 50.000 voladores y una traca de 800 metros.

La Pontificia, Real y Venerable Esclavitud del Santísimo Cristo, en 1929, hizo público y confeccionó un programa de fuegos artificiales, en el que se da la noticia sobre la quema de más de 100.000 fuegos artificiales. Aquel año participaron los pirotécnicos Marcos Toste (El Realejo), Ignacio Go-zález (El Realejo), Carlos E. Pérez (La Laguna) y Pedro Pacheco (Puerto de la Cruz).

El año 1929 fue muy importante en la historia de las exhibiciones pirotécnicas, como se desprende del siguiente escrito: «La junta de gobierno de la Esclavitud, aprovechando la favorable circunstancia que este año se le presenta para dar el máximo esplendor y brillantez a los famosos fuegos del Risco, no ha dudado ni un solo momento en presupuestar lo necesario para que a continuación de los de costumbre, se quemen otros fuegos originalísimos en esta grandiosa sorpresa».

A la una de la madrugada del catorce de septiembre de 1947, se celebró un concurso de cohetes y coronillas, para premiar a la mejor y más variada colección de grandes cohetes y otro a la coronilla de más esplendido efecto en su ascenso y descenso.

La popularidad de los voladores y fuegos artificiales ha llevado a los poetas, como Domingo J. Manrique, ha dedicarle algunos versos como los siguientes: «La procesión retorna; cohetes mensajeros/tienden su deslumbrante cabellera dorada,/ha llegado el momento sublime de la Entrada,/el aire tiembla al brusco tronar de los morteros». 

La visita de Alfonso XIII y su ingreso en la Esclavitud 

El Rey fue propuesto por el Esclavo Mayor Carlos Hamilton y Monteverde 

UNA de las juntas más destacadas de la Pontificia, Real y Venerable Esclavitud del Cristo de La Laguna fue la del 27 de marzo de 1906, presidida por el obispo Nicolás Rey Redondo, quien recibió la petición del Esclavo Mayor, Carlos Hamilton y Monteverde, consistente en lograr la inscripción del Rey Alfonso XIII en la Esclavitud.

Los actos de honor del Monarca consistieron, en primer lugar, en blanquear el santuario del Cristo y limpiarlo. Como fue el único templo que visitó el Rey, se acordó pedir alhajas a las siguientes iglesias: Cabildo Catedral: dos blandones de plata, doce candeleros y dos bateas.

Santo Lignum Crucis: pontificales, terno blanco bordado en oro, dos frontales, colgadura de damasco y ocho sillones de terciopelo carmesí bordados en oro.

La Concepción: varas del palio, dos ángeles con vestiduras de plata, cinco lámparas, seis candeleros y dos frontales.

El Sagrario: seis candeleros.

Convento de Santa Catalina: palio blanco con bordados de oro.

Con estos adornos y los de la Esclavitud, «presentaba el templo gran aspecto de gravedad y riqueza». El trono del Rey se colocó, con bastante gusto, al lado del Evangelio, bajo dosel de terciopelo de seda carmesí galonado de oro, con rico sillón y reclinatorio de lampaso encarnado.

Desde las barandillas de plata del arco del coro se extendieron dos filas de bancos de terciopelo, encabezados con tres sillones a ambos lados destinados a los ministros, autoridades y comitiva regia. 

Conducta ejemplar 

Aunque el público deseaba presenciar el acto, nadie se atrevió a entrar en el santuario del Cristo, «conducta que da ejemplo de la cultura de los hijos de esta histórica ciudad», según indican los documentos de la época.

Cuando Alfonso XIII y los infantes salieron a la plaza en el coche real, el pueblo, al ver que lucían sobre el pecho las medallas de la Esclavitud, prorrumpió en aclamaciones. A pesar de que la lluvia quiso poner a prueba la fe cristiana, los laguneros desfilaron detrás de la comitiva regia vitoreando sin cesar.

La medalla que la Esclavitud ofreció al Rey fue de oro, de colores, pendiente de un cordón de seda y oro con pasador en forma de corona real de oro y la siguiente inscripción: «A su Majestad el Rey don Alfonso XIII. 1906». 

Las medallas de los infantes fueron de plata con cordones de seda roja. 

Título de la Esclavitud 

El texto del título que la Esclavitud entregó a Alfonso XIII es el siguiente: «Por cuando Su Majestad católica el Rey Alfonso XIII, que felizmente rige los destinos de España, en su visita a esta ciudad, se designó oír la súplica de esta Venerable Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna, inscribiéndose como Esclavo Mayor Perpetuo de la devota y prodigiosa imagen de Nuestro Señor Jesucristo, venerada en Tenerife desde los primeros tiempos de su conquista. Considerando la Corporación la mayor gloria que a Dios Nuestro Señor resulta, en este acto de viva fe y piedad cristiana de nuestro Soberano y el gran honor que a la misma le reporta, acordó expedir el presente título de Esclavo Mayor Perpetuo que reverentemente pone en las reales manos de Su Majestad, sellado con el de la Corporación y refrendado por los oficiales de la misma según estilo».

En el Libro de Visitas de la Esclavitud, el Rey escribió: «En el año de 1906 visité este Santuario del Santísimo Cristo de La Laguna y me constituí esclavo de Nuestro Señor Jesucristo en esta devotísima imagen. Alfonso Rey de España».

Las medallas que recibieron el Monarca y los infantes María Teresa de Borbón y Baviera y Fernando de Baviera y Borbón las realizó el orfebre Rafael Fernández Trujillo. El pergamino del título de Esclavo Mayor fue un trabajo en oro, plata y colores confeccionado por una religiosa de la Asunción, que también hizo las viñetas e inscripción del Libro de Visitas que regaló Concepción Salazar Chirino, marquesa de Villanueva del Prado.


EL Cristo de La Laguna

Llegó a la Isla en 1520 gracias a la petición que Alonso Fernández de Lugo hizo al duque de Medina Sidonia. Pertenece al gótico sevillano, probablemente del siglo XV, y es objeto de singular devoción cuando recorre la ciudad de La Laguna en la cruz de plata que le regaló Francisco Bau-tista Pereira de Lugo.

Todos los viernes del año, el Cristo es visitado por cientos de fieles. Antaño se hacía en un servicio especial de la guagua conocida como la «Cirila». Fue muy popular doña María, quien, con sobretodo y sombrero de paja, visitaba al Cristo desde la Finca España para dejarle parte de las limosnas que pedía para su sustento. A nuestro compañero Francisco Ayala, en un hermoso escrito que le dedicó en 1959, la citada señora le confesó: «Vengo al Cristo porque siempre me ha ayudado y le ofrezco dos velas. No siento privarme de lo que me cuestan, porque es todavía un precio pequeño el que pago al Señor. Si más tuviera, más le daría».

No sería justo acabar este suplemento sin dedicar un amplio elogio y reconocimiento a todos los que pertenecen a la Esclavitud del Cristo y contribuyen, con donativos, para que las orquídeas luzcan en el trono de la venerada imagen. Las mismas flores que, después de la procesión, se entregan a enfermos de la ciudad, en un intento de que el Cristo, como ha hecho en muchos casos, les devuelva la salud perdida.■ 

 

Las fiestas comenzaron con un presupuesto de 50 ducados 

Las corridas de toros fueron muy populares en la plaza de San Juan, donde se daban alimentos a los pobres 

A partir de 1607, año en que se institucionalizan las fiestas, se nombra un diputado que se encargaba de los actos con un presupuesto de cincuenta ducados. Más adelante, el responsable de los festejos fue un caballero dintinguido de la Isla, que, conocido como proveedor de la fiesta, no sólo se encargaba de la suntuosidad de los actos, sino, además, de regalar un objeto de plata al Cristo.

Al fundarse la Esclavitud del Cristo, el proveedor es sustituido por una comisión formada por el Esclavo Mayor y dos esclavos denominados diputados, que realzaron bastante las fiestas, según destaca el historiador Núñez de la Peña: «Las han hecho muy costosas, de comedias, fuegos, saraos, torneos, que el regocijo dura ocho días, a costa de los tres nombrados».

En 1892 al frente de las fiestas está una comisión compuesta por un presidente y cuatro vocales, y en 1926, creyendo los esclavos del Cristo que los actos populares debía organizarlos el Ayuntamiento, se crean los cargos de comisarios de fiestas religiosas y populares, ayudados por tres vocales.

En 1739, el Esclavo Mayor ofrecía en la víspera un refresco consistente en una fuente de rosati y otra de anís, agua de nieve, bizcochos y chocolate.

El ambiente era grande en las antiguas fiestas. La Ilustración de Canarias, en 1883, resalta: «Grande afluencia de forasteros había en La Laguna, y tan grande que apenas había alojamiento bastante para tanta gente. No tiene, pues, nada de extraño que los pórticos de las Casas Consistoriales se convirtieran en alcoba pública y que un sinnúmero de parrandas cruzara continuamente las calles o llenara las tabernas».

Un programa de actos representativo de las antiguas fiestas bien podría ser el siguiente:

Las laguneras paseaban alegres bajo los farolillos de Lux-Lux y gas acetileno, que iluminaban la plaza del Adelantado, cuya alameda se engalanaba con festones, medallones y una iluminación a la veneciana. En este recinto tenían lugar los tradicionales paseos, amenizados por la banda de música La Fe, elevando globos aerostáticos durante la noche. 

Las corridas de toros 

Las corridas de toros no faltaban en el ruedo que existió en el barrio de San Juan, donde, al día siguiente, se repartían bonos de pan y carne entre los pobres, seguido de competiciones deportivas: cucañas, luchadas y carreras de sortijas, cuyos ganadores eran premiados con una lluvia de flores deshojadas por parte de un grupo de jóvenes, que también eran las encargadas de arrojar flores, desde la sociedad El Porvenir, al paso de los niños que, acompañados de estandartes y una banda de música, desfilaban por la ciudad al ser distinguidos en los exámenes.

Luego venían actos muy vistosos ya desaparecidos como la exposición provincial de ganado, festival de las señoras de la Junta de Caridad, carreras de bicicletas en la carretera de Tejina, verbena típica de la víspera, fiesta de los mantones, carreras a pie, fiesta de la patria, la mujer y la música, jinkamac motoristas, fiesta de los estudiantes, fiesta de la leyenda canaria o gran espectáculo regional en el Llano de los Viejos.

Uno de los actos más bellos que ya no se celebran son Los Juegos Florales, que, aunque pueden datar de mucho antes, se localizan ya en 1906, siendo el Ateneo de La Laguna la sociedad organizadora, estableciendo el arte, la ciencia, el trabajo y el patriotismo como programa y dogma a que había que aprestar las acciones.

El ganador obtenía la flor natural y era el que elegía, entre las damas presentes, a la reina de las fiestas.

Un programa de 1959 nos da la idea de la celebración de los Juegos Florales. El mantenedor fue el alcalde de Barcelona y el título de reina de los Juegos Florales recayó en María Adela Soriano y Benítez de Lugo, que contó con una corte de amor compuesta por seis señoritas, dos pajes y dos maceros. Tras la interpretación de una obra por parte de la orquesta, la reina de los Juegos Florales entró en el salón de actos a los acordes de la marcha solemne de «Sylvia», de Leo Delibes. Luego se dio lectura al acta del jurado, que premió los trabajos «Las Hespérides, islas del amor», «El Cristo de La Laguna y las fiestas de septiembre» y «Mujer de las Islas Canarias». Los premios los entregó la reina de los Juegos Florares.

 

Hoy, «día grande» de las Fiestas del Cristo 14/09/1993

LA LAGUNA (REDACCION). Las fiestas en honor al Cristo de La Laguna entran hoy en su máximo apogeo con la celebración de distintos actos, entre los que destaca la procesión cívico militar del Real Pendón de la Conquista, que dará comienzo a las diez y media de la mañana, y la de la Venerada y Milagrosa Imagen del Santísimo Cristo de La Laguna, a partir de las nueve y media de la noche.

La Procesión del Pendón de la Conquista y la solemne celebración eucarística posterior, se inscribe dentro de los actos religiosos programados por la Esclavitud del Cristo en el día de la Exaltación de la Santa Cruz, y que este año cobra una expectación especial por la presencia del presidente de la Comunidad autónoma canaria, Manuel Hermoso, en representación del Rey Juan Carlos, Esclavo Mayor Honorario.

A las ocho de la noche tendrá lugar la procesión del retorno a su Real Santuario y la que seguirá después por las principales calles de la ciudad.

Al llegar el Cristo a la plaza de la Concepción serán quemados los «fuegos de la Torre», a cargo de la Pirotecnia El Carmen. A su llegada a la Plaza del Cristo, cuando la venerada imagen haga su primer descanso junto a la fuente, comenzará la exhibición pirotécnica de los «fuegos del Risco», a cargo de las pirotecnias Virgen de La Candelaria, Jordi, Canarias y Hermanos Toste. Luego, y como es costumbre, se quemará la monumental «traca». Después de la quema de los fuegos se celebrará una verbena popular, amenizada por las orquestas Montemar de Los Realejos y Zambra.

La jornada habrá comenzado a las 7 de la mañana con la Diana Floreada a cargo de bandas de cornetas y tambores. 

Las fiestas del Cristo de La Laguna viven hoy su día más grande. 14/09/1993 

Hoy es el «día grande» de las fiestas en honor al Cristo de La Laguna. La jornada se abrirá a las 7 horas con la Diana Floreada, protagonizada por bandas de cornetas y tambores. Después, entre los actos previstos, destaca lá tradicional procesión cívico-militar del Real Pendón de la Conquista, que comenzará a las 10,30 horas, y de la Venerada y Milagrosa Imagen del Santísimo Cristo, a partir de las 21,30 horas. 

La Laguna se vistió de fiesta para homenajear al Santísimo

Un año más, las autoridades insulares y regionales se unieron a los laguneros para celebrar el «día grande» de las Fiestas del Cristo, las más importantes del municipio y una de las de mayor atractivo del Archipiélago.

 

 

 

Lorenzo Ramos repitió como portador del Pendón  

El concejal delegado de Limpieza y Alumbrado en el Ayuntamiento, Lorenzo Ramos, repitió como portador del Pendón de la Conquista (ya lo hizo recientemente con motivo del Aniversario de la Ciudad) en la procesión de la enseña lagunera acompañado, como es tradi-ción, de un concejal del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, en este caso la edil Socorro Beato, y de un representante del estamento castrense. 

 

Desfile de la Corporación lagunera 

El alcalde de La Laguna, Elfidio Alonso, vivió también el día grande» de las fiestas del Cristo, presidiendo la hilera de la procesión correspondien-te a los miembros de la Corporación lagunera, que desfilaron acompañando al Pendón de la Conquista, y en un tramo de la Procesión del Retorno de la imagen del Santísimo. 

 

Escuchando el Himno Nacional

El presidente de la Comunidad autónoma, Manuel Hermoso Rojas, escuchó el Himno Nacional como representante del Rey Juan Carlos, Esclavo Mayor Honorario, desde un pequeño palco, acompañado de la primera autoridad municipal, Elfidio Alonso, y del capitán general de la Zona Militar de Canarias, José Antonio Romero, en la plaza de la Catedral y antes de entrar en el templo para participar en la Solemne Misa. 

 

 

Dos obispos, en la fiesta principal

Los obispos de Tenerife, Felipe Fernández, y de Málaga, Antonio Dorado Soto, que demostraron en todo momento las excelentes relaciones entre ambas Diócesis, presidieron a la par los diversos actos religiosos y en varios momentos se les pudo ver charlar animadamente. Al término de la Misa, el obispo tinerfeño tuvo palabras de elogio y agradecimiento para su homólogo malagueño, cuya fama de gran orador quedó patente en la predicación del Quinado los días anteriores a la celebración de ayer. 

 

 

 

Emocionante Procesión del Retorno 

Los miembros de la Esclavitud del Cristo desfilaron delante de la imagen del Santísimo durante la procesión del Retorno de la Catedral al Real Santuario. El paso del Cristo lagunero estuvo jalonado por un gran número de personas, muchas de ellas con cámaras de vídeo y fotográficas para perpetuar un momento de gran emotividad para todo lagunero. 

 

El futuro «esclavo» Manuel Hermoso 

El Esclavo Mayor de la Pontificia, Real y Venerable Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna, Juan Oliva-Tristán, que subrayó el altísimo honor que había supuesto para él «el haber entregado el bas-tón de plata de la Esclavitud a Manuel Hermoso Rojas, como representante de Su Majestad el Rey», apuntó la idea de que en un futuro el propio presidente canario fuera miembro de la Esclavitud. En este sentido, y teniendo en cuenta la condición de lagunero y devoto del Cristo de Manuel Hermoso, Juan Oliva-Tristán indicó que «ya ha sido un poco tocado y nos ha dicho que con todo el amor y el cariño del mundo, pero en el momento en que se lo sugerimos él nos dijo que prefería, por los avatares de la política, que se está y no se está, hacerse esclavo una vez que dejara el cargo de tanta responsabilidad que tiene ahora para evitar perspicacias”. Así que Oliva-Tris-tán no dude de que «en su día, no sé cuando, yo tengo la evidencia completa que Manuel Hermoso terminará siendo esclavo del Cristo».

LA LAGUNA (REDACCION). El presidente de la Comunidad Autónoma canaria, Manuel Hermoso, cumplió ayer con la designación por parte del Rey Juan Carlos, Esclavo Mayor Honorario de la Esclavitud del Cristo, para representarle en la Solemne Eucaristía y en la.posterior Procesión del Retorno de la imagen del Santísimo hasta su Real Santuario.

Los actos cívicos-religiosos dieron comienzo una media hora antes con la salida desde las Casas Consistoriales de la comitiva que acompañaba al Pendón de la Conquista, integrada por las primeras autoridades civiles y militares de la ciudad, provincia y región, con destino a la plaza de la Catedral. Entre ellas cabe subrayar la presencia del presidente del Parlamento de Canarias, Victoriano Ríos; el presidente del Cabildo Insular, Adán Martin; el concejal Antonio Bello, en representación del alcalde de Santa Cruz de Tenerife; el capitán general de la Zona Militar de Canarias, José Antonio Romero; el obispo de la Diócesis, Felipe Fernández; el alcalde de La Laguna, Elfidio Alonso, y miembros, concejales y consejeros de las instituciones señaladas.

Poco después de la llegada de la comitiva, lo hacía el presidente de Canarias, Manuel Hermoso, que tras escuchar el himno nacional pasó revista a la batería del Ramix'90 que formaba en la plaza, para a continuación entrar en el interior del templo, donde se celebró una Solemne Misa concelebrada por el obispo de la Diócesis, Felipe Fernández, y el obispo de Málaga, Antonio Dorado Soto.

Precisamente fue el obispo invitado a predicar el Quinario con motivo de los actos religiosos en honor al Cristo de La Laguna quien pronunció el sermón en el que se refirió a un amplio abanico de temas desde los más estrictamente religiosos, como su insistencia en la idea de Cristo como ejemplo para todos los laguneros en estos días, como a otros de carácter más social, al recordar a los enfermos de Sida, los pobres o los marginados de la sociedad en general, pasando por una referencia a lo que deben ser la Iglesia y los cristianos hoy en día, todo ello con una rica y clara oratoria, en correspondencia con la fama que en este sentido le precedía. 

Tras la celebración eucarística, de la que cabe destacar el gran número de fieles que siguieron el, por otra parte, largo oficio religioso, partió la procesión del retorno del Santísimo hasta su Real Santuario, en el que nuevamente la expectación del numeroso público en los márgenes de las calles por donde discurría fue la nota dominante en un día festivo por excelencia. Hacia las dos del mediodía llegaba la comitiva al templo del Santísimo, aunque las autoridal civiles y militares ya la había abandonado al partir hacia Ayuntamiento, en donde esperaban la posterior visita de Manuel Hermoso para participar en un brindis.

Al término del último acto de la jornada matutina y tras un ágape ofrecido por la Esclavitud del Cristo al presidente de la Comunidad canaria y a los obispos Tenerife y Málaga, este periódico pudo obtener unas palabras de Manuel Hermoso, lo cual no era nada fácil, teniendo en cuenta el protocolo, la premura del tiempo y la multitud de saludos a los que tuvo que corresponder. 

Revivir momentos importantes

Hermoso reconoció como un honor y de una «emotividad extraordinaria» su participación como lagunero, como presidente de la Comunidad Autónoma y como representante del Rey «en la fiesta más importante de La Laguna».

Hermoso dijo recordar mientras representaba al monarca en el acto, «cuando era pequeño y acompañaba a mis padres en fechas como esta o todos los viernes a visitar al Cristo. Ha sido revivir momentos muy importantes en mi vida y por supuesto una satisfacción».

El presidente canario aseguró ser un asiduo en las fiestas del Cristo, «aunque hoy de una manera excepcional al representar al Rey», por lo que afirmó que «uno se siente como queriendo actuar como lo haría Su Majestad, pero qué lejos está uno de poder hacerlo, aunque evidentemente no faltaban los deseos».

Sobre si tenía que dar cuenta del acto al Rey, Manuel Hermoso señaló que efectivamente tenía que comunicarle que su representación había sido efectuada y sin ningún tipo de anormalidad.

Preguntado sobre si creía que el sermón de la misa, al tocar algunos temas de tipo social, se había dirigido especialmente a la autoridad política, Hermoso no creyó que fuera así, aunque sí «a la situación de conflictividad política que vive todo el país y me parece que son unas palabras de tipo general en las que evidentemente todos tenemos que pensar y nos deben ayudar a reflexionar».  

La lluvia impidió que el Cristo saliera en procesión después de la función religiosa de la Octava. 22/09/1993

FIESTAS Hoy, actos en honor a la Virgen 

LA LAGUNA (REDACCION). La Octava del Cristo de La Laguna se celebró ayer con la solemne función religiosa, cantada por el Coro de la Capilla del Cristo y organizada por la Comunidad de los Padres Franciscanos.

Tras la celebración religiosa, la Procesión del Santísimo se redujo tan solo al traslado de la imagen desde el altar mayor a los portales del Santuario, ya que la lluvia impidió que se desarrollara este acto popular, uno de los más 
atractivos de la Octava. Al umbral del pórtico, el Cristo lagunero presidió la quema de los «Fuegos del Risco» y de las «Promesas».

Los actos religiosos con mot-vos de las Fiestas del Cristo continuarán hoy con una concelebración eucarística, que tendrá lugar a las ocho de la noche, en honor a Nuestra Señora la Inmaculada Concepción, cantada por el Coro del Santuario La Voz de Asís, a la que seguirá la Procesión Claustral de la imagen. 

 

ESCLAVITUD Visita al Cristo del Calvario 

LA LAGUNA (REDACCION). El próximo domingo, 3 de octubre, a las nueve de la mañana, saldrán de la Plaza del Cristo de La Laguna las guaguas que conducirán a unos quinientos esclavos y sus familias hasta Icod, en visita al Cristo del Calvario, que será llevado en procesión hasta la parroquia de San Marcos, donde se celebrará la Santa Misa.

Los asistentes se reunirán luego en un almuerzo de hermandad, conjuntamente con los fieles de Icod, autoridades y representaciones.

Desde hace cuatro años, la Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna realiza, terminadas las Fiestas del Santísimo, un viaje-peregrinación de confraternidad, que se inició en Candelaria con la visita al santuario-basílica de la Virgen patrona de Canarias. Al año siguiente, se visitó Arona y su Cristo y al siguiente la visita fue a La Orotava a la Inmaculada Concepción. El pasado año, con motivo del quinientos aniversario de la evangelización de América y del paso de los descubridores por La Gomera, se hizo un viaje a San Sebastián para visitar la iglesia de la Asunción y un acto de hermandad con la Cofradía de la Virgen de Guadalupe, patrona de América y de la Isla Colombina. 

Solemnidad de las Fiestas 

Por otra parte, la Esclavitud se felicita por la extraordinaria solemnidad con que se desarrollaron este año todos los actos realizados, dentro del programa de fiestas de septiembre en honor de la Venerable Imagen.

Así, subrayan que la asistencia al Quinario, en la catedral, predicado por por el obispo de Málaga, Antonio Dorado Soto, fue multitudinaria, en razón de la calidad de tan destacado orador sagrado.

El Solemne Pontificial y la Procesión del día 14, que presidió en representación del Rey el presidente del Gobierno autónomo, Manuel Hermoso, «constituyeron, un año más, la expresión de fe y veneración que todo el pueblo de La Laguna y muchos visitantes de todo Tenerife y otras Islas sienten por el Cristo lagunero».

De otro lado, el sacerdote franciscano fray Gabriel de la Dolorosa, que tuvo a su cargo la predicación del Octavario, congregó en el Real Santuario a tantos fieles, que abarrotaron su nave. 

La familia canarista visitó el Ayuntamiento y ofrendó al Santísimo Cristo de La Laguna 

El «abono joven», para estudiantes, jugadores y técnicos, ya es una realidad 

SANTA CRUZ DE TENERIFE (REDACCION). El Salón de Pleno del Ayuntamiento de La Laguna fue ayer escenario del acto de prez sentación oficial del CB Canarias 93-94. A las doce de la mañana, la familia canarista compartió unos minutos con la máxima autoridad municipal, Elfidio Alonso, a quien acompañaban Manuel Martín Luis y Leopoldo Fernández, miembros de la corporación.

Tras las palabras del presidente del club, Benigno Afonso y las acertadas intervenciones de los munícipes, jugadores y técnicos saludaron personalmente a las autoridades, al mismo tiempo que le hicieron entregade un balón firmado por la primera plantilla. Acto seguido, tras la foto de rigor, se trasladaron al templo del Santísimo Cristo de La Laguna, donde realizaron la prometida ofrenda floral. 

La Esclavitud del Cristo, a Santiago

Con esta pegatina en la solapa va a representar a la veterana asociación religiosa un grupo de más de 30 personas que se trasladarán a Compostela la próxima semana. La Venerable esclavitud ha organizado esta peregrinación para ofrecer a sus asociados la oportunidad de practicar y lucrar el jubileo compostelano y visitar la ciudad de Santiago. 

 

 

 

EL CRISTO DE LA LAGUNA, CON SANTIAGO PATRON DE ESPAÑA 

DIMAS COELLO 

En la madrugada del viernes 5 de octubre, salimos del Santuario del Cristo de La Laguna rumbo a Santiago. Del «Reina Sofía» a Compostela, vía Madrid. En el monte del Gozo, lugar donde el Papa tuvo un encuentro con la juventud de todo el mundo, almorzamos bajo una fuerte lluvia. El «Hogar San Francisco», convento próximo a la Plaza del Obradoiro y de la Catedral, lugar que lleva el nombre de San Francisco de Asís, por tanto casa de franciscanos, donde tienen destinado una parte para «hostal del peregrino», construcción tan significativa por su historia, fue el lugar de residencia.

La lluvia en este mes de noviembre llegaba, puntualmente, a las cinco y media de la tarde, noche en Santiago, y que se quitaba con los primeros rayos de sol. Era el momento propicio de visitar la ciudad, que aprovechábamos al máximo. Pero llegó el sábado por la tarde, se iba a llevar a cabo el acto solemne de hacer la ofrenda oficial al Apóstol. Nuestra peregrinación tenía una finalidad, conseguir la indulgencia plenaria con motivo del Año Santo Xacobeo.

Salimos del hostal, en fila de tres, rezando el rosario y portando cada uno un palo o cayado que habíamos adornado convenientemente. Los miembros de la Esclavitud: Hermano Mayor y el Jefe de Ceremonias, ocupaban un lugar preferente en el altar mayor y D. José Siverio, como sacerdote, participó de la misa administrando la eucaristía. La iglesia siempre llena de mañana y tarde, en esta ocasión con varios grupos de peregrinos de distintos lugares de España, donde nosotros también formábamos parte junto a miles de fieles de muy diversa nacionalidad. D. José Siverio, como buen locutor y mejor periodista, hizo la ofrenda a través de los altavoces de la Catedral. Todos nosotros, casi cuarenta entre Esclavos del Cristo, amigos y simpatizantes, nos faltaba el aire, estábamos tan atentos a las palabras, que «flotábamos» por el hondo significado que tenía para el isleño la petición de nuestro portavoz. Destacó la misión del viaje, hizo historia brevísima de la Pontificia, Real y Venerable Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna, fundada en 1659, el nexo o comunión de la capital de la Isla de Tenerife con el Apóstol, al llamarse «Santa Cruz de Santiago», de nuestro origen guanche, como de la devoción. El acto fue muy sencillo pero lleno de emotividad. Al final nos abrazamos al padre Siverio, festejando el acontecimiento.

Al salir, como es costumbre, nos hicimos una foto todos los expedicionarios en una de las escalinatas laterales de la Catedral. Fue cuando un transeúnte me preguntó de dónde éramos. Le informé que de Tenerife y me contesta eufóricamente:

—¡Yo también soy chicharrero! Y con voz de tenor, bastante bien afinada, empieza a cantarnos el pasodoble «Islas Canarias» que nosotros le apoyamos a coro, ante la alegría de los concurrentes y mirones. El momento no pudo ser más oportuno, ya que pronto volvió a llover y el amigo y paisano «cantante», entre abrazos y saludos, se marchó tan rápidamente como había llegado. El «albariño» y la «lluvia» siempre van unidos por la gracia de Dios.

Regresamos al hotel, con los paraguas desarvolados. Al día siguiente, domingo 7, con la visita a las Rías Bajas concluimos nuestro periclo por tierras gallegas, llegando en la madrugada del lunes a La Laguna, bajo el signo de la lluvia xacobea. 

Plena satisfacción tras la peregrinación a Santiago

JACOBEO Realizada por 40 esclavos del Cristo 

■ José Siverio, Teniente Esclavo Mayor, hizo entrega de una reproducción de la efigie del Santísimo 

LA LAGUNA (REDACCION). El grupo de unas cuarenta personas que, en representación de la Venerable Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna, llevó a cabo recientemente una peregrinación a Santiago de Compostela se encuentra ya de regreso de Galicia, plenamente satisfecha tras la experiencia vivida.

Los peregrinos tinerfeños cuentan y no acaban las bellezas admiradas y las emociones vividas, especialmente en los actos propios del jubileo ante la tumba del Apóstol.

El grupo, encabezado por el Esclavo Mayor en funciones, Francisco Morales, que portaba el gran báculo con la calabaza tradicional y las insignias de la Esclavitud, recorrió procesionalmente algunas calles compostelanas, rezando el rosario y entonando cánticos religiosos, hasta la «puerta santa» de la Catedral, donde pasó a ocupar el lugar reservado en el crucero para participar en la celebración eucarística del sábado por la tarde.

Durante la concelebración, oficiada por canónigos de aquella catedral y el Doctoral de La Laguna, José Siverio, miembro de la junta de gobierno de la Esclavitud y responsable de la expedición en nombre de dicha junta, el referido Teniente Esclavo Mayor hizo la entrega de una lograda reproducción en tela de la efigie del Santísimo Cristo de La Laguna, delicadamente enmarcada y dedicada para el museo de la catedral compostelana.

Asimismo, tras el Evangelio, el canónigo José Siverio pronunció la invocación-ofrenda al Apóstol en nombre del grupo de peregrinos tinerfeños. 

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