Al Santísimo Cristo de La Laguna

Siendo inocente, tu fuiste acusado,
¡Oh Señor!, y sin ningún miramiento,
torturado hasta perder aliento,
para alfin en la cruz ser inmolado.

Tu bella imagen de Crucificado
la llevo grabada en mi pensamiento
pues, aunque grande fue tu sufrimiento,
tienes el rostro de bondad nimbado.

Gracias,¡Oh Señor!,que estas en el cielo,
que nos has dado la inmensa fortuna
de poder recibir tu consuelo.

Toda tu bondad misericordiosa,
a través de la imagen milagrosa
del bendito Cristo de La Laguna

(José Manuel García Cabrera)
La entrada del Cristo de La Laguna

Soneto

De pronto ¡que momento de emociones!
un formidable estrépito resuena
que hace el espacio temblar, y atruena
como el ronco fragor de cien cañones.

Se elevan los humanos corazones
que el sentimiento religiosos llena,
y dan rojiza luz a tal escena
ardiendo las montañas como hachones.

¡Divina apoteosis!...¡ estallidos
de la fé inextinguible de una raza!
¡Doblemos la rodilla conmovidos,
que a todos nos bendice y nos abraza!

(Antonio Zerolo)
Al Cristo de La Laguna

Al Cristo de La Laguna
mis penas le conté yo,
sus labios no se movieron
y sin embargo me habló.

Hoy me acerco anhelante, sabes cuánto,
con los ojos de un hombre malherido,
llorando la tristeza que ha vivido
en este Sinaí de amargo llanto.

Cuánto llaga la vida en este huerto;
cómo tiembla este amor en el olvido;
me acerco a conocerte más perdido
que una voz que se lanza en el desierto.

Y te encuentro abrazado todavía
a la Cruz que irredento te he llevado
y a gritos yo te llamo en mi sequía.

Acude, vuelve a mí cuando anochezca,
que hoy solté el corazón de algarabía
para verte, mi Dios, cuando amanezca.

(José Manuel F. Febles)

  Cristo de La Laguna

Cristo De La Laguna,
Esperando tu perdón
Sobre las hojas de otoño,
Perdido en mi juventud

De primaveras de oro,
En la Ciudad de la Vega,
Dormido en la cruz de plata.

Y entre tus pies heridos,
Una rosa, enredada
En tu dulce amor.

(Javier De La Rosa)
Esclavo del Cristo
 A La Laguna del Cristo

 

Es el Cristo tu estandarte,
le aclamas por rey y tu señor,
le invocas en el día de dolor
y pruebas te da de mucho amarte.

Puedes en su bondad siempre fiarte
y darle tiernas muestras de amor;
El premia el fervor;
¡haces bien, patria mía, en ufanarte!

Esclava de tal dueños te proclamas,
ciudad ilustre de preclara historia,
de La laguna el Cristo tú le llamas.

¡Nunca apartes su faz de la memoria!
ese dolorido que tanto amas,
llena en ancho universo con su gloria.

(Mateo Alonso del Castillo y Pérez)
Cristo lagunero


Entra la madrugada
y con el frio cae el sereno,
en la plaza suenan las campanas
para despertar al pueblo lagunero.

Es Viernes Santo,
un rostro del protagonismo se adueña,
murmuran en la calle los llantos
al oir la malagueña.

Seguido por sus esclavos,
avanza el crucificado Nazareno,
humilde yace clavado
nuestro Señor "el moreno",
silencio ... en "los adelantados"
al ver pasar a su Cristo Lagunero.

(David Hdez. Hdez.)
Esclavo del Cristo
A Cristo en la Cruz


Cristo izado en la Cruz, salvadora bandera
en el  divino mástil de leños inmortales:
Faro de amor que inunda con célicos raudales
nuestro mar tenebroso, nuestra ruta viajera.

Martirio en cuya sangre  labora sus panales
el cósmico abejeo de la azul primavera,
abrazo  en que se funde la humanidad entera.
Espada que deshace las nieblas infernales.

Estrella de los vientos por cuyas cuatro puntas
atraes a tu centro y ardientemente juntas
en vértice de amor, eternal y fecundo,

a todos los que han hambre y sed en el sendero.
¡Oh, áncora celeste, luminoso madero,
y eje en donde gira todo el dolor del mundo!

Emeterio Gutiérrez Albelo [1905-1969]
La Laguna. Solio de su Cristo

Apunta el horizonte nuevo día,
en el que aguardan fuegos de colores,
la noche lagunera y sus amores,
cuando en ellos ya Dios me amanecía.

Noble ciudad en solio de tu guía,
agua viva de historia en tus albores,
arrullos de las aves en loores;
cuando te vi, el cielo se me abría.

Dulzura celestial, tus alboradas,
el Cristo por tus calles empedradas,
un fuego de volcán en lumbre y brasa.

Manto de nube suave, mi laguna,
guíame al Santuario en roja luna,
a mi cita con Dios, que a mi me abrasa.

Flora Lilia Barrera Álamo [1932]
Cristo de La Laguna

Ahilado en tu negra Cruz, entre
pálidas pirámides de cirios, donde
tus carnes enjutas se derriten en marfil
a fuerza de espirirtualidad y sufrimiento.

...Así te vi en tu recóndida capilla
de la ciudad ascética, -solemne en
capas pluviales y nieblas de incienso,-
cierta tarde en que mi alma tenía
ansias de tus consuelos y mi conciencia
era como un grito de angustia en medio 
de los afanes trepidantes del mundo.

¡Cristo de la Laguna!, visión del
Greco materializada de repente en el 
milagro de tu faz sangrante, de tu
corona de espinas, de tumelena de
sombras, que es luz en la penumbra,
espejismo en la distancia y realidad
eterna cuando unas manos piadosas
nos cierren para siempre los ojos.

Permíteme ¡Oh, Maestro!, que yo,
pecador escéptico, repita en estos
instantes, en que la barbarie humana
quiera otra vez crucificarte, las
divinas palabras del poeta:
"Sea mi corazón
braza de tu incensario"

José Pérez Andreu [1881-1938]
 

La procesión del Cristo
Cristo Rey y Señor de los Señores,
va subiendo al Templete magestuoso
en magnífico trono, suntuoso,
ascua de luces y jardín de flores.

El pueblo que ha trocado por temores
su alegría, silente, respetuoso,
eleva sus plegarias fervoroso,
mientras lucen fogatas los alcores.

¡Cómo a mi mente acuden a porfía
los mas dulces recuerdos este día
de exaltación y triunfo, buen Jesús!

Es como si encontrara el alma mía
Cirineo, Verónica y María
que atenuan el peso de mi cruz.

(José G. Gutierrez)
Procesión de Madrugada

“Procesión de madrugada…
¡Cómo brillan los luceros
que los ángeles encienden
por el Cristo lagunero!

Procesión de madrugada…
¡Con qué fervor y silencio
va la gente tras la efigie
del clavado Nazareno
entre filas de alumbrantes
que avanzan a paso lento!
No hay repiques ni cohetes;
no hay murmullos de rezos…

Cuando el Mártir moribundo
en el sagrado madero
pasa cual sacro fantasma
entrambos brazos abiertos,
hasta calla, en homenaje,
el tenue rumor del viento;
tan sólo de los tambores
suena el redoble severo,
y acaso una marcha fúnebre
despierta dormidos ecos
que el suave ambiente satura
de congoja y de misterio…

Procesión de madrugada:
¡Cómo brillan los luceros
que los ángeles encienden
por el Cristo lagunero!”

(Manuel Verdugo)[1878-1951]
Pasando entre el temblor...

Pasando entre el temblor y el albedrío,
giras al sol tu Cruz de altos fulgores
y se ssolidarizan los colores
para dar fiesta a todo tu tronío.

Un remolino en eje del gentío
que refleja el cristal de los faroles
se fuende en melodía de bemoles
y en flor de tu Laguna al regadío.

¿Cómo no va a gestar el pecho mío
del sentiemiento con la fiembre, ardores
que den lágrima al sol y vea cien soles?...

¿Cómo no voy a ver tu Poderío
si haces que cada flor me cree mil flores,
tus miriadas de amor en grado pío?

(Miguel Fernández Perdigón)
Esclavo del Cristo