El museo que vamos a visitar alberga los objetos más preciados que esta esclavitud ha conseguido recopilar a lo largo de su dilatada vida. Se encuentra ubicado en un salón que forma parte del mismo edificio del Santuario del Cristo, en la casa de los Esclavos, concretamente lo podemos encontrar a la izquierda según se cruza el arco de la entrada.

El Museo de Arte Sacro de la Pontificia, Real y Vble. Esclavitud recibe al visitante para mostrarle el patrimonio cultural cristiano y la fe de los que han creído en Jesús antes que nosotros o al mismo tiempo que nosotros. En su interior podemos encontrar auténticas obras de arte como un estandarte muy antiguo, el  Velo que cubria el Stmo. Cristo de La Laguna. También podemos encontrar en el museo multitud de fotografías antiguas que reflejan cómo se celebraba la fiesta en años ya lejanos. Cabe recalcar que esta colección está compuesta por más de 700 piezas entre las que destacamos la réplica de la Sabana santa de Turínde tamaño natural. El Museo cuenta con una sala de exposición, y una tienda de regalos.

También podemos encontrar otro estandarte  que se haya expuesto en el recinto, éste fue donado por el pueblo de San Andrés en el año 1894; veremos tambiérn el sagrario de plata que se ponía antes en el Santuario debajo del altar de la Virgen de La Inmaculada.

Por supuesto en el museo no podía faltar el pendón de la Esclavitud, que por cierto se conservan dos, uno más antiguo de principios de siglo y otro posterior que es el que se utiliza en la actualidad.

Este museo ha sido visitado por grandes personalidades que han venido a mostrar su devoción al Cristo de La Laguna, de todo ello queda constancia en el libro de oro de la Esclavitud puesto que en él se recogen las firmas de estos ilustres visitantes.

Antes que nada hay que decir que también hay dos libros, uno que data del siglo XVII que recoge la creación de la Esclavitud y en el que aparecen los nombres de los esclavos fundadores (no expuesto al público por motivos de conservación), y otro posterior que
trataremos con más detenimiento.

Obras a destacar:

Recuerdo Histórico del Velo que cubria el Stmo. Cristo de La Laguna

En el Museo se conserva un velo del Cristo, de seda adamascada, que es anterior a 1599. En él aparecen dos símbolos importantes como la Cruz y la "S" de la Pontificia, Real y Venerable Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna. El relato de este hecho histórico (1598-1599) dice así: "En 1598 a 99, los holandeses, que se habían apoderado de la Isla de Gran Canaria, intentaron saquear la de Tenerife. Ante el peligro se dispuso que este velo, con el que se cubría de ordinario la imagen del Stmo. cristo de La Laguna, sirviese de estandarte al Ejército de defensa quese apostó en San Cruz. Esta bendita bandera dió grandes ánimos y brios a los cristianos, quienes decía, que con ella, y con la fortaleza que les inspiraba la imagen del Stmo. Cristo, llevada solemnemente a la Cuesta, no temerían a toda la Holandesa luterana. Un fuerte temporal desbarató la formidable armada del enemigo, todo lo que contribuyó a fomentar la devoción  y amor a la milagrosa Imagen." 

Extraido de la obra de Quirós, libro 2º, capítulo 16. 

 

La Cruz procesional de Plata 

Sustituye a la que se encuentra en el nicho que acoge a lo largo del año la efigie del Señor. Fue realizada sobre 1684 por el maestro platero Juan Roberto Zambrana, natural de Telde y restablecido en La Laguna hasta su fallecimiento en 1710. Las chapas de plata repujada que cubren el alma de madera combinan motivos geométricos con otros vegetales superpuestos, simétricos a partir de un eje central. Esta segunda Cruz Argéntea del Cristo se afianza en sus procesiones sobre una peana que no es la donada en 1654 por Lázaro Ribero Escobar, cómo hasta ahora se pensaba. Es también obra de  Zambrana (1684), a partir de unos dibujos del pintor Cristóbal Hernández de Quintana, mientras que la carpintería y el clavado estuvieron a cargo de Antonio Francisco de Orta.

Extracto del Libro "Las Cruces de La Laguna. Fiesta capillas y tradición" de Carlos Roguez Morales

 

 

La Cruz de la Hornacina del altar del Stmo. Cristo de La Laguna

En 1630, un regalo ofrecido a la imagen por el maese de campo Francisco Bautista Pereira de Lugo, proveedor de la fiesta de ese año, cuando encargó al platero Antonio de Alpoin que forrase de plata el Santo madero en el que procesionaba cada 14 de Septiembre. La decoración de las planchas que lo recubren muestra un diseño sencillo a base de rayas cruzadas - un ajedrezado - con botones que cubre los clavos con los que estan fijadas a la madera. Al pie una placa acoge la siguiente inscripción:El Maestre de Campo de la gente de Guerra del Beneficio de Taoro de Norte a Sur, Francisco Bautista Pereira de Lugo Regidor de esta Isla de y Señor de las Islas de la Gomera y Hierro, hiso servicio al Santísimo Cristo de esta Cruz y Clavos de plata año de 1630 siendo proeveedor de su Santa Fiesta. Esta importante  pieza se conserva ene l nicho que acoge a lo largo del año la efigie del Señor, y carece de revestimiento en su parte posterior. Aunque la Escritura de concierto  estipula que Alpoin debía de cubrirla << de plata toda ella>>, es posible que fuera así desde el principio pues se sabe que por entonces el Cristo salía  a las calles con  << un velo para las espaldas de la cruz >>. Esta primiera Cruz de plata es sustituida como pieza procesional para el día de la Exaltación de la Cruz.

 Extracto del Libro "Las Cruces de La Laguna. Fiesta capillas y tradición" de Carlos Roguez Morales.

 

 De las mismas medidas que el nicho, el no tener corte longitudinal inidica que sólo podía correr enrollándondose sobre sí mismo, conforme sitstema de tornos que se empleaba. Su desocoración consiste en cuato grupos de motivos vegetales en las esquinas y en el centro el emblema de la Esclavitud en borddo aplicado o superpuesto en seda amarilla. Respecto a su procedencia, es probable que fuera realizado en la propia ciudad, quizá en uno de los conventos de monjas. Estracto del libro "Todo es de plata" de D. Carlos Rodriguez Morales.

 

 

 

 

 

El libro de Oro de la Esclavitud

La Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna guarda como uno de sus más preciados tesoros el libro de oro de La Esclavitud. Se trata de un volumen en el que se recogen las firmas de las más ilustres personalidades que han visitado al
Cristo. Este libro está acabado, en plata repujada y terciopelo y data de principios de siglo. Para inaugurarlo estampó su firma el entonces Rey Alfonso XIl en el año 1906. A partir de este momento comienza una larga lista de personalidades donde se incluye Don Francisco Franco y  su esposa Doña Carmen Polo en 1950, el conde de Barcelona en el año 68, los actuales Reyes de España, Juan Carlos y Sofia, que han firmado en tres ocasiones en el año 58, en el 63 y en el 73.

El último en firmar de la Casa Real ha sido el Príncipe Felipe que lo hizo el año 1993. La última firma que se recoge en el libro es la del Cardenal Javier que ha firmado este mismo año. En resumen, podríamos decir que el libro reúne del orden de mil firmas entre las que se encuentran embajadores, capitanes generales,  miniştros, obispos, cardenales, etc. 

Cabe destacar entre ellas la abundancia de grandes personas de origen iberoamericano, lo que pone de relieve el inalterable vinculo que existe con nuestros hermanos del otro lado del Atlántico. 

 

El órgano del Real Santuario.

Habrían de transcurrir varias décadas antes de que el nuevo Santuario del Cristo, el actual, fuera dotado con un instrumento en condiciones para ejercer sus funciones dentro de la liturgia. Como puede comprenderse, los avatares que sufrió la comunidad franciscana con la ley de Mendizábal impidieron adquirir para el Cristo un nuevo órgano, por lo que durante décadas debemos suponer que hubo de conformarse con el pequeño instrumento de los años sesenta del setecientos. Será ya en la tardía fecha de 1862 cuando el mayordomo y capellán del Santuario el exclaustrado fray José María Argibay encargue un órgano nuevo a Londres, al taller de William M. Hedgeland, la misma factoría que poco después enviaría los instrumentos de las parroquias de Ntra. Sra. de la Luz de Guía de Isora y de San Juan Bautista de la Rambla. Es este el órgano que se encuentra actualmente en el coro de la Iglesia: un órgano pequeño de caja funcional y sin ornamentación alguna, que tan solo cuenta con cinco registros y un pedalero incompleto de 18 notas, por lo que su función se limita a servir de acompañamiento al canto y a interpretar algunas piezas litúrgicas de corto alcance.

Extracto del Pregón de las fiestas del Stmo.Cristo de La Laguna 2018

 

San Guillermo de Aquitania 

Pintor y escultor.Lorenzo, fray Miguel

La Laguna, [1658 – 1732], 1681-1682

Madera Policromada y estofada

104 cm de altura; 38 cm de ancho; 34 cm de fondo

Debió formarse en el Monasterio del Espíritu Santo de La Laguna, donde profesó como hermano lego agustino en 1674 y donde se ha documentado la presencia previa de frailes pintores. Combinó su vocación religiosa con las labores artísticas dentro del lenguaje barroco, que no se limitaron a la pintura (de caballete y decorativa), pues trabajó también como escultor, como dorador y como policromador y estofador de tallas y arquitecturas lignarias.

Como escultor, están documentadas las efigies de San Guillermo de Aquitania (1681-1682) y la Virgen Difunta (hacia 1703), que talló para el convento agustino de La Laguna. Además, se le atribuyen otras efigies devocionales, como el Santo Tomás de Villanueva del Cementerio de Garachico. En cuanto a su actividad pictórica, al margen de la policromía de sus esculturas y de alguna obra documentada pero no conservada, participó en la decoración del retablo mayor de la Iglesia parroquial de Santiago, en el Realejo Alto, junto a María Puga y Andrés Gómez.

También decoró la capilla claustral de la Virgen de Gracia en el monasterio de la Orden de San Agustín de La Laguna, trabajos de los que se conservan solo los motivos de inspiración vegetal de las jambas y del dintel del arco de acceso. Y se sabe también que intervino sobre la pintura de la Virgen del Socorro de Tegueste. Paralelamente, desarrolló una actividad intelectual como lector de Artes de su convento y como autor de un tomo en 4º titulado Comentarii in octo Phisicorum Libros Arist.

Los frailes desempeñaban el oficio artítico contribuyeron a enriquecer el panorama devocional y creativo del Archipiélago, siendo notable su contribución al ornato de las iglesias conventuales durante los siglos XVII yXVIII. En la fundación del Espíritu Santo de La Laguna moraron y trabajaron varios escultores y pintores, cuya actividad resulta conocida por las piezas conservadas o por la documentación que refire su trayectoria profesional, a veces de un modo impreciso. Ejemplo de esa dinámica es la ecultuira de San Gullermo que se exhibe en este museo, documentada como obra de fray Miguel  Lorenzo y entronizada despues de 1681 en el retablo del Cristo de Burgos que existía en una capilla abierta al claustro. A pesar del precario estado de conservación y las alteraciones de su policromía, la imagen del anacoreta de Aquitanea evidencia el gusto imperante entre los escultores locales de finales del siglo XVII, cuay limitación volumétrica disimula el estofado del hábito que viste el santo. (Estracto del catálogo Cor Ignis; Memoria y Patrimonio de la Iglesia de San Agustín de La Laguna).

San Juan de Sahagún 

Esta imagen pertenecía a la Iglesia del  Espiritu Santo del Convento de San Agustín. Fundada hacia 1515 por los frailes agustinos, durante la campaña de conquista de las islas Canarias. Durante cinco siglos  ha tenido varias reformas aportándole  distintos ornamentos como en la fachada.  Fundado hacia 1.506 por frailes agustinos que acompañaban a los conquistadores de la Isla de Tenerife. Aunque durante cinco siglos ha sufrido cambios por aportaciones arquitectónicas sucesivas – por ejemplo la torre de su fachada -, es perfectamente detectable su fábrica original, destacando especialmente sus claustros. En 1.964 su Iglesia anexa sufrió un importante incendio, hallándose pendiente su restauración. El antiguo convento arrastra una larga tradición como centro docente, habiendo sido sede del Instituto de Canarias. Actualmente se destina a usos culturales. Es Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento desde 1.983.

Se encontraba en la capilla de Ntra. Sra. de la Candelaria que también estaba dedicada a su nombre, San Juan de Sahagún. Previamente se encontraba en el altar de San Nicolás de Tolentino junto con la imagen de santa Rita.

 

 

Santa Mónica

Otra de las imágenes salvadas del incendio anteriormente mencionado. Esta imagen es atribuída al Pintor y escultor, fray Miguel Lorenzo, se encontraba en el retablo de la Virgen de la Peña, con la imagen titular entre Santa Mónica y  Santa Clara. Es una imagen de vestir.

Miniatura del Retablo del Santísimo Cristo de La Laguna.

El 24 de enero de 2005, los hermanos Francisco y Gerardo Guerra Martín  donaron a la Pontificia, Real y Venerable Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna la réplica en miniatura que en el pasado hizo su padre, el orfebre Agustín Guerra Molina, del retablo del Crucificado moreno. La artística obra fue recibida por el esclavo mayor, José Suárez Méndez, quien elogió ampliamente su perfección y el alto valor que posee, con lo que, como añadió, se enriquecerá el Museo de arte sacro del Cristo, donde se conservará para deleite de los admiradores de los mejores trabajos de la orfebrería canaria.

Al contemplar esta obra se aprecia el ingenio y la capacidad de trabajo y gusto que caracterizaron al artista Agustín Guerra, quien comenzó a hacer la obra en 1975 y la terminó cuatro años más tarde. La plata ha sido perfectamente repujada hasta en los detalles más pequeños, como en el caso del cordero del sagrario.

El altar lo colocó su artífice en una urna de madera y cristal, con bellos adornos dorados que ahora han sido decorados con pan de oro aportado por la familia Guerra y de lo que se ha encargado la Esclavitud. Agustín Guerra realizó, en un tamaño de unos 50 centímetros, la réplica del retablo del Cristo con extraordinaria perfección, hasta tal punto que parece que estamos ante una fotografía de la citada obra, y con gran esmero a la hora de presentarnos la imagen del Crucificado moreno.