El Santísimo Cristo de La Laguna es una imagen del siglo XVI, que a raíz de unas últimas investigaciones se sabe que fue tallada por el escultor flamenco-brabanzón, Louis Der Vule hacia 1514.
Al parecer debido a las relaciones comerciales y culturales entre los antiguos Países Bajos meridionales y el resto de Europa, esta obra llegaría a Venecia, capital que gozaba en aquel entonces de un gran esplendor comercial y económico. Según la tradición después sería trasladada hasta Barcelona, y desde allí llegaría a la Sanlúcar de Barrameda, a la Ermita de la Vera Cruz.
Desde Sanlúcar la imagen sería transportada a bordo de un barco hasta la isla de Tenerife en torno a 1520, por mediación del Adelantado, Alonso Fernández de Lugo (Sanlúcar de Barrameda 1451 / La Laguna 1525).
Un "Adelantado" era un alto dignatario español que llevaba a cabo o adelante una empresa jurídico militar y civil por mandato, cuenta y bajo designio real. Un “apoderado del rey”, que conseguía una dignidad que quedaba en el haber de su familia y sus herederos.
Alonso Fernández de Lugo, al servicio de la Casa Ducal de Medina Sidonia, llegó a conseguir el título de Primer Adelantado Mayor de Canarias (1493) y de Capitán General de las costas de la Berbería (1499), participó en la conquista de Gran Canaria y conquistó las islas de La Palma (1492) y Tenerife (1495) para la corona castellana. Fundó la ciudad de La Laguna y en ella el convento franciscano dedicado a “San Miguel de las Victorias”.
El dominico fray Alonso de Espinosa, en su libro sobre la historia y milagros de la Virgen de Candelaria, impreso en el año 1594, relata la llegada a Tenerife de la imagen del Cristo de La Laguna. Cuenta que un tal Juan Benítez la compró para el Adelantado D. Alonso Fernández de Lugo hallándose los dos en la ciudad de Barcelona y que después la llevaron al convento franciscano de La Laguna en 1520. La cruz con la que llegó y el arca en que lo hizo se conservan en el Monasterio de las Clarisas de aquella ciudad tinerfeña.
Desde finales del siglo XIV, los sanluqueños estaban presentes en las Islas Canarias, formando parte de las expediciones de conquista, misiones de evangelización o realizando actividades pesqueras.
Para acoger a los navegantes que iban o volvían de las Canarias, ya en 1441, el señor Alonso Fernández de Lugo, el Viejo (Sevilla 1410/ Sanlúcar de Barrameda 1450) – tío carnal del Adelantado- fundaría en Sanlúcar un hospital y una iglesia dedicada a la Santísima Trinidad, donde reposan sus restos a los pies de su altar mayor bajo una losa en la que esta dibujada su imagen.
Ese mismo año de 1441, el papa Eugenio IV autorizaba la fundación de un eremitorio en Sanlúcar de Barrameda para facilitar el pasaje de colonos franciscanos a Canarias, a petición de fray Juan de Logroño. Y dos años después, Alonso Fernández de Lugo, el Viejo, junto a otros devotos terminaban un convento, dedicado a Sta. María de Jesús, ubicado a las afueras de la población, en el antiguo camino de Sevilla que sería donado a la Orden franciscana.
Fray Juan de Logroño, Vicario franciscano de las islas Canarias desde 1443 tenía bula pontificia para levantar casas “en los confines del reino de Castilla fazia las partes e islas de Canarias… “ Por lo que el convento de los franciscanos en Sanlúcar de Barrameda, sería el primero de la vicaría franciscana canaria en la Península.
La elección de Sanlúcar para este fin no era casual, dado que el derecho de conquista de las Islas había sido comprado años atrás por los Pérez de Guzmán, los cuales se preocuparon de enviar frailes a las islas para evangelizar.
Esta relación entre Sanlúcar de Barrameda y Canarias, y la presencia franciscana, aquí y allí, es lo que motivó la elección de la imagen del Cristo de la Laguna para que fuera reproducida en la pintura que se ha colocado sobre la antigua cruz del Cristo de la Redención, coronando el retablo de la Virgen del Amor, que desde 1752 sirviera para alojar al citado crucificado.