El viernes 31 de 2006, a las 20:30 horas, salió del Real Santuario del Santísimo Cristo de La Laguna el Vía Crucis, organizado por la Junta de Hermandades y Cofradías y Arciprestazgo de La Laguna, que recorrió las calles Viana y Herradores hasta la Catedral y la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción. El acto fue presidido el Sr. Obispo, D. Bernardo Álvarez.

Previamente a las 12,30 del mediodía se traslado solemnemente desde el convento de las Claras hasta el Real Santuario la primitiva Cruz del Stmo. Cristo de La Laguna portada a hombros por los miembros de la Junta de Gobierno de la Eslcavitud y presidida por su rector, por la calle viana hasta llegar al Templo. Una vez ahi se preparó el trono para que por la noche a las 20,30 horas comenzara el Solemne Via Crucis.

La cruz que abrió el Vía Crucis es la original en la que llegó a la ciudad el Cristo de Laguna en 1520. Esta deteriorada porque en el pasado los fieles le quitaron astillas para usarlas como reliquias, ya que se decía que aplicadas en las partes enfermas, éstas sanaban.

El padre fray Diego Ichaurbe da a conocer que la cruz fue colocada en un nicho del convento de Santa Clara el 25 de julio de 1724. Un hecho a destacar es que los que asistieron al Vía Crucis pudieron apreciar en la cruz una imagen exacta a la del Cristo, que se comenta que apareció cuando una monja clarisa limpiaba los maderos con zumo de cebolla.

El presidente de la Junta de Hermandades y Cofradías, Juan Antonio Pérez Gómez, valoró, por un lado, el que los laguneros pudiern admirar en sus calles la antigua cruz en la que llegó a La Laguna el Cristo, que se convertiría en centro de la fe no sólo de la ciudad, sino del resto de la Isla. Añadió que lo que desea la junta que preside no es que el Vía Crucis sea un simple acto para saciar la curiosidad y ver la importante reliquia, sino un acto donde predomine la fe como preparación para la Semana Santa.

Por su parte, el Esclavo Mayor de la Esclavitud del Cristo, Juan Luis Maury-Verdugo y García, que además es comisario del Vía Crucis, dijo que este acto fue un reconocimiento al antiguo Vía Crucis que organizaba la Esclavitud del Cristo y el resto de cofradías, y que el público asistente entienda que se ha querido que esté presente el Cristo moreno, que tanto mueve la fe en la Isla, a través de su primitiva cruz. Valoró que las Claras custodien la primitiva cruz y la hayan cuidado durante varios siglos con especial esmero y devoción, y que la participación en el Vía Crucis sobresalió como un acto de fe, una manifestación devocional como es norma en todos los actos religiosos laguneros.


El delegado diocesano de Hermandades y Cofradías, Jesús Manuel Gil Agüín, se refirió a la antigua cruz del Cristo en los siguientes términos: "Tiene una importancia cultural y patrimonial, pero en ella sólo debemos ver una vía para canalizar nuestra oración".

El padre Agüín pidió a los participantes en el Vía Crucis que "centren la atención en el ejercicio de la oración y piedad. Debemos meditar y reflexionar sobre los misterios de la Pasión de Cristo en la calle como preparación para la celebración del Triduo Pascual".

La superiora del convento de Santa Clara, Sor María Luz, dijo que "la cruz es para nosotras entrañable y encierra grandes sentimientos a través de todas las generaciones de hermanas que han pasado su vida junto a ella".

Destacó que la cruz sigue siendo para el monasterio un "cobijo, que nos da empuje y vida para seguir entregando la vida por el Señor".

Para Sor María Luz "es un gozo y un sentimiento hondo que la cruz presida el Vía Crucis, porque en ella va la presencia silenciosa de nuestra comunidad, acompañando a cada persona en su dolor y sufrimiento personal". Añadió que el Vía Crucis "es recorrer la vía dolorosa que vivió Cristo y creer que en ella está la redención y se abrió la fuente de la felicidad al resucitar Cristo".

El padre fray Diego Ichaurbe, en su historia del convento de las Clarisas, desvela el texto que se lee en la parte inferior de la Cruz, que, entre otras cosas, dice: "Esta es la Santa Cruz en que vino la milagrosa Imagen del Santísimo Cristo de La Laguna, que según la tradición hay más de 214 años que todo ha sido por modos milagrosos y lo que hoy falta a esta cruz a la medida de las manos y pies del Señor, lo han desmembrado la antigua devoción de los fieles devotos, por haber obrado su Majestad por este santo madero y santa imagen del santo Cristo de La Laguna innumerables milagros que ha hecho y está haciendo, y se colocó en este nicho el 25 de julio del Señor de 1724".