Los laguneros acompañaron al Cristo hasta su Santuario. La Opinión de Tenerife. 15.09.2008
La esperada exhibición pirotécnica puso punto final a una jornada dedicada a la veneración del Crucificado
La jornada en honor del Crucificado comenzó sobre las 10:00 horas, cuando se produjo el traslado del Pendón Real desde el Ayuntamiento de La Laguna hasta la iglesia de la Concepción. Un recorrido al que asistieron los miembros del equipo de gobierno así como el resto de los concejales de la corporación y una representación militar.
Una vez en la iglesia de la Concepción y después de que el Esclavo Mayor, Francisco González, hiciera entrega del bastón de plata al presidente del Parlamento de Canarias, Antonio Castro, el arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, y el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, dieron comienzo a la eucaristía. Como cada año, fueron muchos los fieles que tuvieron que permanecer por fuera de la iglesia debido a la masiva asistencia a esta tradicional misa.
Tras la celebración de la eucaristía se inició la procesión con la que retorna la imagen a su Santuario. Durante el recorrido, la venerada imagen estuvo acompañada por la alcaldesa de La Laguna, Ana Oramas, el presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, el presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, los miembros de la Esclavitud del Cristo y representantes militares, políticos y de otras instituciones canarias.
Sobre las 20:00 horas dio comienzo la celebración del Octavario en el Santuario del Cristo y tras la eucaristía, la imagen volvió a hacer un pequeño recorrido por las principales calles de la ciudad. A su termino, dio comienzo la esperada exhibición pirotécnica a cargo de los Hermanos Toste, Cabrera y El Carmen. El punto final a esta jornada lo puso la traca, que este año se tiró en un solar próximo a la plaza de San Francisco.
Bendición de Benedicto XVI
Una vez concluida la eucaristía, en la que se oró por las víctimas del trágico accidente aéreo en Barajas, el obispo Nivariense, Bernardo Álvarez, hizo público el mensaje y la bendición apostólica enviada por el papa Benedicto XVI a la Esclavitud del Cristo. De esta manera, el Papa invitó a los esclavos a "cultivar intensa y fielmente la amistad con el Señor Jesús a través de la escucha de su palabra, la oración personal, la participación asidua en la Santa Misa y el generoso ejercicio de la caridad". Asimismo, Benedicto XVI les alentó a "cumplir con dedicación y esmero sus deberes personales, familiares y sociales, siendo en todas partes testigos creíbles del Evangelio, colaboradores solícitos de la Iglesia, infatigables sembradores de esperanza y preclaros constructores de la civilización del amor". Este año, la Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna está cumpliendo el Primer Centenario desde que el Papa Pío X le concediera el título de Pontifica, en 1908. Un título que compromete a los miembros de la Esclavitud a orar por el Papa, a seguir fielmente su magisterio, a secundar sus iniciativas, a defenderle y apoyarle en cualquier circunstancia. Por su parte, el arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, aseguró durante la misa que "hoy enaltecemos y glorificamos la Cruz del Señor, signo no de muerte sino de vida, no de infamia y derrota, sino de salvación y victoria, signo del amor de Dios, ya que Dios ha tomado partido por el ser humano y lo ama". Asimismo, recordó a los fieles que "para disfrutar de nuestros derechos no es necesario renunciar a Dios".