LA "HORA DE NONA"  AYER Y HOY

Cada año cuando llegue septiembre, en la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, celebramos << por todo lo alto >> las Fiestas del Cristo. El centro de atención es la singular imagen de Cristo Crucificado que se venera en el Santuario del antiguo Convento de San Miguel de las Victorias, bajo el cuidado de los Padres Franciscanos y de la centenaria Pontificia, Real y Venerable Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna.

El 14 de septiembre es el día en que la Iglesia celebra en todo el mundo la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, como homenaje de fe y gratitud a Cristo que por <<  la Santa Cruz redimió al mundo >>. En nuestras islas, la Fiesta de la Cruz la celebramos en mayo y dejamos para septiembre la fiesta de Cristo Crucificado, como es el caso del Cristo de La Laguna.

En uno y en otro caso traemos a la memoria que << por nosotros y por nuestra salvación >> Cristo murió crucificado. Por nosotros y para nuestro beneficio Jesucristo aceptó morir como un criminal, aunque era totalmente inocente. Esta es la razón fundamental para hacer las fiestas << en honor del Cristo Crucificado >>, tan magníficamente representado en la atrayente y venerada imagen del Cristo lagunero, en ella contemplamos el amor de Dios que tanto amó al mundo que entrego a su propio Hijo para que nos salvemos por medio de Él.

El propio Cristo se presentó a sí mismo como aquel que no ha venido a ser servido, sino a servir ya dar su vida como rescate por muchos (Mc. 10,45).Al decir que vino para dar su vida en rescate por muchos, Jesús alude a la entrega de la propia vida en la cruz, hecha << en rescate por muchos >> es decir, por la inmensa multitud humana, por << todos >>, también por nosotros hombres y mujeres del siglo XXI. Y por eso, porque nos reconocemos destinatarios de su sacrificio redentor, es por lo que celebramos estas << fiestas en su honor >> mediante la veneración de la Sagrada Imagen del Santísimo Cristo de La Laguna.

Y tal como la Iglesia nos enseña, está veneración no significa que la imagen reciba reverencia en sí misma, sino que la reverencia se dirige a la persona de Cristo a quién la imagen representa. Sí, a través de la imagen del Cristo de La Laguna queremos encontrarnos con Cristo vivo y presente en la Palabra de la Biblia y en los Sacramentos de la Iglesia, porque creemos que Jesucristo es el alfa y la omega, el principio y el fin de todo. Él es el único maestro que debe instruirnos, el único Señor del que dependemos, la única cabeza a la que debemos estar unidos, el único modelo al que debemos asemejarnos, el único médico que nos debe curar, el único pastor que nos debe alimentar, el único camino que debemos seguir, la única verdad que debemos creer, la única vida que debe vivificarnos, lo único que nos debe bastar en todo. Todo fiel que no esté unido a Cristo como el sarmiento a la vid, se cae, se seca y sólo sirve para ser arrojado al fuego. En cambio, si estamos en Jesucristo y Jesucristo está en nosotros, no debemos tener ninguna condena (San Luis María Grignion de Montfort. tratado sobre la verdadera devoción a María, n. 61).

Con ocasión de las fiestas de este año 2007, al participar y contemplar al Santísimo Cristo Crucificado en las distintas celebraciones (descendimiento y veneración, procesiones, quinario, etc), les invito a considerar el significado profundo de la << hora de nona >> es decir, la hora en que murió Jesús, cómo nos indica el Evangelio de San Marcos, Jesucristo murió en la Cruz a la << hora nona >> (tres de la tarde) como reza un himno de la liturgia:

Se cubrieron. de luto los montes

a la hora de nona.

El Señor rasgó el velo del templo

a la hora de nona.

Dieron gritos las piedras en duelo

a la hora de nona. Y Jesús inclinó la cabeza

a la hora de nona.

 

Hora de gracia,

en que Dios da su paz a la tierra

por la sangre de Cristo.

 

Levantaron sus ojos los pueblos

a la hora de nona.

Contemplaron al que traspasaron

a la hora de nona.

Del costado manó sangre y agua

a la hora de nona.

Quien lo vio es el que da testimonio

a la hora de nona.

 

Hora de gracia,

en que Dios da su paz a la tierra

por la sangre de Cristo.

[José Luis Blanco Vega]

Pero además, la << hora nona >> que en los misteriosos designios de Dios fue la << hora de la salvación >>, es también la hora en que se consumó la injusticia de quienes rechazaron a Jesús y, al mismo tiempo, en aquella << hora nona >>, en la Cruz de Cristo estaban concentradas todas las cruces de todos los hombres de la historia como Él han sido, son y serán víctimas de la maldad de los seres humanos (hombres y mujeres) respecto a sus semejantes. Por eso, la << hora nona >> de Cristo nos remite a la << hora nona >> de los que hoy  - en cualquier parte del mundo - sufren en su cuerpo y en su espíritu. Así lo expresa magníficamente un canto litúrgico:

Planearon su muerte en silencio;

asustaron con gritos al pueblo

y en un leño colgaron su cuerpo

a la hora de nona, a la hora de nona

el Señor, el Señor murió.

El Señor murió.

 

Es la hora de nona en mi pueblo,

las sirenas de alarma han sonado,

y mi pueblo se queda dormido,

y mi hermano llora, y mi hermano muere,

y el clamor de su voz no nos duele,

y mi hermano muere.

Es la hora de nona en la tierra,

es la hora del hambre y la muerte,

es la hora del odio y la guerra,

es la hora de nona, cuando sufre mi pueblo,

cuando crece el dolor y el engaño,

cuando falta el amor.

 

Por nuestro amor murió el Señor,

en la cruz, murió el Señor.

Él nos mandó

dar la vida como hermanos

 en señal de amor.

 [Carmelo Endozain]

Ojalá que todos los actos de estas Fiestas del Cristo sean expresión de nuestra voluntad de no hacer sufrir a nadie con nuestra conducta y -al mismo tiempo- compromiso de ayudar a llevar << su cruz >> a quienes nos necesitan. De poco servirán las Fiestas en honor del Santísimo Cristo de La Laguna si a nuestro lado se sigue repitiendo << la hora de nona >>.

 

† Bernardo Álvarez Afonso

Obispo Nivariense