Los fuegos del olvido 23/09/2008

Un elemento importante y de gran antigüedad en las Fiestas del Cristo han sido los fuegos artificiales, los cuales -estarían presentes mucho antes- se quemaban ya en 1867, año en que se invirtieron 3.940 reales de vellón, siendo comprados los cohetes y otros tipos de trabajos pirotécnicos a Pedro Cedros, Marcos Toste del Castillo y Casiano Bethencourt.

Estos fuegos se fueron sofisticando con el paso del tiempo hasta aparecer, por ejemplo, las coronillas, las ruedas de fuego o los machangos haciendo girar una rueda. Unos fuegos tradicionales que en las Fiestas del Cristo quedaron relegados al olvido y hoy sólo son un recuerdo que deberían ser recuperados para el deleite de muchas personas.

Manuel González Martín es el encargado de la exposición, quien destacó que lo ha hecho porque "mi suegro fue foguetero y era propietario de la pirotecnia Padrón, que estuvo situada en La Laguna, primero en Tabares de Cala (1930) y luego en las laderas de San Roque. La Pirotecnia desapareció en los años sesenta. Los antepasados de mi suegro fueron afamados fogueteros como, por ejemplo, Antonio, Ricardo y Horacio Padrón, que dedicaron la mayor parte de sus vidas a los fuegos artificiales".

El citado joven lagunero, Manuel González Martín, tiene abierto al público una exposición en el Orfeón La Paz titulada "Nostalgias de una pirotecnia y sus fiestas", en la que se exponen tanto las herramientas con las que se confeccionaban antaño los fuegos artificiales y una muestra de los que han desaparecido de las fiestas del Cristo. La muestra cerrará sus puertas al público hoy.

Lo que se puede admirar en el Orfeón La Paz son antiguos fuegos artificiales, que ya no se queman en las Fiestas de La Laguna, como el mosaico, los caballitos de fuego, los bastidores de cohetes, el abanico de fuegos, la candela romana, la cascada, las coronillas y las ruedas de fuego que incluso se llegaron a quemar, en la plaza de San Francisco y en la noche grande del Cristo, como promesa de determinados fieles.

Lo más que llama la atención son los muñecos de fuego, que los describe Manuel González en los siguientes términos: "Son dos muñecos, un hombre y una mujer, colocados en la parte central de una rueda de fuego pequeña y vestidos con papeles de seda de colores. Alrededor lleva unos pasadores que al explotar hacen mover a los muñecos, bajando y subiendo, imitando como si estuvieran sacando agua de la noria de un pozo".

Como explicó su yerno, los fuegos de artificio en la época de la pirotecnia Padrón se elaboraban de forma artesana, es decir, a mano. "Los componentes básicos -dijo- eran el papel de seda, el cartón, el almidón, las cañas, las mechas de carbón y otros minerales".

También habló de que los fuegos artificiales -lo dice en un díptico de la exposición- anunciaban y siguen haciéndolo, y ponían y siguen poniendo, el broche final a fiestas tan entrañables como las del Santísimo Cristo".

Es de destacar que el trabajo realizado por la Pirotecnia Padrón, como otras, representaba un peligro . A lo largo de la historia de la citada empresa, se sufrieron incendios o explosiones que incluso motivaron la pérdida de vidas humanas.

Con la exposición lo que pretende su autor "es hacer un homenaje a los hombres y mujeres que se dedicaron, y aún hoy lo hacen, al peligroso trabajo de los fuegos artificiales".

La exposición está considerada como una de las mejores para conocer el acontecer histórico-pirotécnico de La Laguna. En ella se difunden, además, carteles de las antiguas fiestas, y se hace constar que "los fuegos en la actualidad se disparan con sistemas eléctricos, lo que hace ganar en vistosidad y orden a las composiciones aéreas, además de mayor seguridad para el pirotécnico. Antaño se quemaban a mano, con une bengala o cigarro".

En una vitrina de grandes dimensiones se han seleccionado los utensilios más relevantes empleados en el uso del montaje y preparación de estos fuegos artesanales como las agujas de carga, las cucharillas para llenar los tubos de los cohetes y el material para cortar las plantillas de cartón que darían vida al cuerpo de los fuegos artificiales, quedarán embellecidos, al forrarlos con papeles se seda de varios colores.

La exposición pirotécnica también ha contado con la ayuda especial de María Asunción Álvarez Arvelo.